La Celestina es una novela del autor Fernando de Rojas que se escribió durante el reinado de los reyes católicos y la última etapa del pre-renacimiento. En un principio se la llamó “Comedia de Calisto y Melibea” y más tarde pasó a llamarse “Tragicomedia de Calisto y Melibea”.
Resumen: Calisto tras ser rechazado por Melibea vuelve a su casa y discute con su criado, Sempronio, sobre el amor y el desamor. Sempronio le recomienda a Calisto los servicios de Celestina, Calisto acepta y le dice a Sempronio que vaya a buscarla. Cuando Sempronio encuentra a Celestina la lleva hacia la casa de Calisto y por el camino Sempronio le habla a Celestina sobre Calisto y su amor por Melibea y este piensa sacar tajada de ello al igual que Celestina.
Mientras volvían Pármeno, el otro criado de Calisto, le dice a Calisto que no se fía de Celestina. Cuando Sempronio y Celestina vuelven, Calisto contrata los servicios de Celestina y le da 100 monedas de oro de adelanto. Mientras Calisto iba por el dinero, Celestina convenció a Pármeno para que no dijera nada y así él también podría beneficiarse de ese “negocio”.
Al día siguiente, Calisto le dice a Sempronio que le meta prisa a Celestina y este va a su casa y se lo dice y Celestina se prepara para ir a casa de Pleberio, padre de Melibea, con la excusa de que lleva algunos productos para venderles a Melibea y su madre. Cuando Celestina llega a casa de Pleberio, Lucrecia, la criada, la recibe y entra con la excusa de que va a venderle unos hilos a Melibea y Alisa. Cuando Celestina consigue quedarse sola con Melibea aprovecha para elogiar a Calisto.
Más tarde Sempronio y Pármeno se van a comer a casa de Celestina con Areusa y Elicia (las dos prostitutas que les ha prometido).
Al día siguiente, al mediodía, Pármeno se despierta en la cama con Areusa, una de las prostitutas de Celestina con las que ha comprado a Sempronio y Pármeno, y después vuelve a casa de Calisto y le cuenta a Sempronio que se arrepiente de lo que ha hecho, pero Sempronio le vuelve a convencer para que siga con el plan.
Celestina volvió a ir a casa de Melibea y esta le confesó que le gustaba Calisto, Celestina llamó a Sempronio y Pármeno para que se lo dijeran a Calisto. Calisto le paga a Celestina con una cadena de oro y Celestina se va a su casa. Esa misma noche Calisto y sus dos criados se van a casa de Melibea y Calisto se acuesta con ella y queda con Melibea para el día siguiente. Cuando Calisto y sus criados vuelven a casa esperan a que Calisto se duerma y se van a casa de Celestina para reclamar su parte de la cadena de oro y en una discusión con Celestina, que no les quería dar la cadena Sempronio saca su espada y la mata.
La mañana siguiente, Sosia le dice a Calisto que Sempronio y Pármeno han sido ahorcados en la plaza por matar a Celestina. Y Calisto nombra a Sosia como su nuevo criado junto a Tristán. Después Calisto va a casa de Melibea y sus dos criados colocan la escalera para que pueda subir por la ventana. Calisto y Melibea pasan un rato juntos y después Calisto vuelve a casa.
Elicia le cuenta a Areusa que además de Celestina también han muerto Sempronio y Pármeno y Elicia y Areusa contratan a Centurio, un mercenario, para matar a Melibea y Calisto.
Al día siguiente, mientras Calisto se encuentra con Melibea, Trasio y sus secuaces dirigidos por Centurio arman alboroto y Calisto baja rápidamente por la escalera para ayudar a sus criados, pero Tristán le dice que no pasa nada, que vuelva a subir, en ese momento Calisto resbala y cae por la escalera y muere.
Melibea llama a su padre para que suba a la azotea y esta le cuenta todo lo de su romance y se lanza al vacío. Después Pleberio entra en casa y le cuenta todo lo sucedido a su esposa y se pone a llorar.