Resumen de «Los Girasoles Ciegos»

La novela Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, contiene cuatro historias entretejidas que tienen lugar durante la Guerra Civil Española, y está compuesta por cuatro capítulos.

El primero, titulado Primera derrota: 1939 o Si el corazón dejara de latir, relata la vida del capitán Carlos Alegría, quien toma la decisión de traicionar al ejército nacional y rendirse, ya que considera que sin muertos durante una batalla no hay gloria.

Carlos termina rindiéndose ante los republicanos e inmediatamente es encerrado en un calabozo de la Capitanía General, donde lo dejan solo, ya que un tiempo después abandonan el lugar debido a que los nacionales ya se han instalado en él. Cuando estos lo encuentran, es catalogado como traidor y condenado a muerte.

Se lo llevan junto con otros detenidos para ser fusilados. Horas más tarde, Carlos se da cuenta de que está vivo, que ha sido enterrado con el resto de cadáveres en una fosa común. Consigue escapar y empieza a buscar ayuda, hasta que aparece una mujer que lo  alimenta y cura.

Cuando el amor puede más que cualquier obstáculo

El segundo capítulo se titula Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido. En este capítulo se narra como un chico y una chica intentan huir de la Guerra Civil. La  joven se encuentra embarazada de ocho meses y da a luz en medio de la montaña. Ella no logra sobrevivir y el joven no sabe cómo encargarse del niño, pero poco a poco se va encariñando de él y cuidarle se convierte en su único objetivo.

El tercer capítulo, titulado Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos, narra la historia de Juan Senra, un detenido que consigue sobrevivir en la cárcel mintiéndole al capitán Eymar sobre su hijo, con el que compartió bando en la guerra.

En ese tiempo se hizo muy amigo de un joven llamado Eugenio, con quien pasaba las horas conversando sobre cualquier tema. En su encierro también coincidió con un excapitán del bando nacionalista llamado Carlos Alegría que se había rendido ante los republicanos. Este decidió hacer algo radical para así no tener que deberle nada a ningún partido: Alegría consigue robarle un arma a uno de los carceleros y se suicida.

Días más tarde, los republicanos condenan a muerte a Eugenio. Debido a esta decisión Juan le cuenta toda la verdad a Eymar sobre su hijo, que había sido uno de los cobardes más grandes y un terrible criminal, y que por ello lo habían fusilado justamente. Al día siguiente, Juan también recibe la muerte.

Emociones personales por encima de la religión

El último capítulo se titula Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos, e inicia con la confesión de un sacerdote, dando paso a los distintos acontecimientos que le dan sentido a la historia.

Un pequeño niño llamado Lorenzo es alumno del padre Salvador. Vive con su madre pero también con su padre, que se esconde en un armario, ya que, según su esposa, él había muerto.

El padre Salvador empieza a fijar su atención en la conducta del niño. Un día conoce a la madre y empieza a obsesionarse con ella. Y, con la intención de obtener más información, comenzó a hacerle preguntas a Lorenzo relacionadas con sus padres.

Días después, el sacerdote se acercó a la casa de Lorenzo con el fin de ver a su madre. Llevado por la curiosidad fue hacia el cuarto de baño, donde encontró una navaja de afeitar. La mujer le dijo que era suya, que la utilizaba para depilarse las piernas. Salvador se fue.

Ya solos, la familia planeaba su fuga a Marruecos. Se encontraban en el proceso de vender los muebles cuando decidieron notificar que el niño no seguiría yendo a estudiar porque se encontraba enfermo.

Al enterarse, Salvador fue enseguida a la casa del niño con el pretexto de visitarlo y ver cómo evolucionaba su salud, pero cuando vio que el niño se encontraba en perfectas condiciones se abalanzó sobre la madre. Fue entonces cuando el padre salió del armario y empezó a forcejear con el sacerdote.

Viéndose descubierto, el padre temió lo peor. Rápidamente abrió una ventana y se arrojó al vacío.