Resumen de «Júlia» de Isabel-Clara Simó

Julia es una novela de Isabel-Clara Simó que narra la historia de una chica de 20 años llamada Julia cuyo padre fue acusado y ejecutado por la muerte del alcalde de Alcoi, Pelletes. Julia trabaja en una fábrica textil con su madre y un día el dueño, Josep, visitó la fábrica y el encargado les aviso a las mujeres que tenían que ser respetuosas con él. Josep fue paseándose por la fábrica y cuando pasó cerca de Julia se detuvo y le preguntó qué opinaba sobre la fábrica y Julia le respondió que en invierno hacía mucho frío. Cuando Josep, el dueño de la fábrica, se fue el encargado regañó a Julia por haberse quejado de que en invierno hacía mucho frío y la ridiculizó ante todas las trabajadoras de la fábrica. Las trabajadoras también eran crueles con Julia y la llamaban hija de criminal, algo que no le gustaba que le dijeran.

Al día siguiente Josep llamó a Julia y le dijo que le parecía una chica muy sincera y que le gustaría que cuidase de su mujer, Cecília, que se encontraba muy enferma y le pagaría más de lo que estaba cobrando ahora como trabajadora de la fábrica. Así que Julia aceptó, acabó de trabajar y se fue a casa muy feliz.

La mañana siguiente Vicenta, la madre de Julia, le comunicó a su hija que tendrían el día libre porque la mujer de Josep, Cecília, había muerto aquella noche y les habían dado a todas las trabajadoras fiesta en el trabajo.

Un día más tarde Josep volvió a llamar a Julia para que fuera a su despacho, pero esta vez no era para hablar de trabajo sino que Josep se declaró a Julia y ésta se lo comunicó a su madre que no dudó en sacar tajada de ello. Josep dijo que se casarían dentro de un año por respetar el año de luto a su difunta esposa y lo habló también con Vicenta. Así que Julia tuvo que dejar a su novio Rafael y casarse con Josep.

Los hijos de Josep pusieron muchos impedimentos a la boda y la «suegra» de Julia también, suegra que en realidad era la madre de Cecília. Dolores, la suegra, dijo que ella tenía que «velar» por la herencia de sus nietos, así que Julia tenía que castrarse para asegurarse de que no iban a tener ningún hijo más y de este modo los dos hijos de Josep podrían llevarse su parte de la herencia. Julia aceptó a regañadientes y la castró un médico privado de Josep al que le pagaron una gran cantidad de dinero por la operación y para que no dijera nada.

La boda tuvo que adelantarse porque el vecindario empezaba a hablar a sus espaldas y a criticarlos, así que Julia se casó y se fueron de luna de miel a Valencia.

Cuando Julia y Josep volvieron de Valencia, Julia le pidió a Dolores, la suegra, que a partir de ahora ella sería la encargada de las cuentas en la casa y la administradora del dinero. Dolores no estuvo de acuerdo pero finalmente aceptó y le cedió a Julia el cargo de «tesorera» de la familia. Dolores siempre intentaba molestar a Julia y poner a toda la familia en contra de ella e incluso en algunas ocasiones la hizo llorar.

20 años después el hijo mayor de Josep se había ido a Sud América, Vicenta había muerto y la suegra se encontraba muy enferma en la cama. Al poco tiempo también murió Josep y Julia a sus 40 años se quedó si madre, sin padre y sin marido.

Ahora Julia ya estaba totalmente cualificada para dirigir la fábrica. Pasó un tiempo hasta que se atrevió a volver a entrar en el despacho de su difunto esposo, allí encontró un listado con los nombres de todos los acusados por la muerte de Pelletes. Julia volvió a casa y le preparó una tortilla a la suegra y se la llevó a la cama, de repente le tiró la tortilla con el aceite hirviendo a la suegra en la cara y le leyó el listado de los acusados por la muerte de Pelletes, cuando llegó a leer el nombre de su padre se detuvo.