Resumen de «La casa de Bernarda Alba»

La novela fue escrita en 1936 por Federico García Lorca y fue publicada póstumamente en 1945. La misma hace referencia al papel secundario de la mujer en aquella época, además de al fanatismo religioso de Bernarda, que tiene cinco hijas a quienes cría con tanta rigurosidad que no les permite tomar decisiones propias ni opinar respecto a sus vidas.

La historia empieza después del fallecimiento del segundo esposo de Bernarda Alba, de 60 años, hecho que hace que ella se imponga a sí misma y a sus cinco hijas —Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela— un luto riguroso durante ochos años. El luto supone no salir a la calle, no vestir ropa de colores, ocupar su tiempo bordando y jamás  conversar con ningún hombre. Con excepción de Angustias, ya que su boda está próxima.

Todo ello con el propósito de guardar las apariencias y, de esta forma, no ser juzgada por nadie de la sociedad.

Mientras tanto, en la casa, las dos criadas conversan sobre lo fría que es la patrona, ya que a Bernarda no le gusta cuando las personas del pueblo la visitan para darle el pésame, porque le causan muchas molestias.

La traición e ingratitud

Cuando la mayor y única hija del primer marido hereda la fortuna de su padre, atrae a un pretendiente que solo busca beneficiarse económicamente. Su nombre es Pepe el Romano, quien se compromete inmediatamente con Angustias, aunque al mismo tiempo enamora a la hermana menor llamada Adela, que se convierte en su amante.

Las hermanas, salvo Adela, cosen juntas el ajuar para el matrimonio de Angustias.

Un día, Angustias sale de su habitación hecha una furia porque le han robado una fotografía de su pretendiente Pepe. Descubren que fue su hermana Martirio que le escondió la foto para gastarle una broma. Una de las criadas, Poncia, sabe que entre las hermanas existen rencores que, de vez en cuando, salen a relucir. Sobre todo porque Martirio fue una vez pretendida, pero la relación no pudo avanzar porque Bernarda rechazó al muchacho.

Una amiga de Bernarda va esa noche a su casa y le pregunta a Angustias cómo van los preparativos de la boda. Después de la cena, Bernarda insta a Angustias a hacer las paces con Martirio y dejar a un lado las molestias ocasionadas.

Mientras tanto, Adela desea quedarse un rato más fuera de la casa vislumbrando los grandes astros, pero su madre no la deja y manda a todas sus hijas a dormir.

La deshonra no cruza las paredes del hogar

Más tarde, Adela se levanta con la excusa que tener sed y, contradiciendo las imposiciones de su madre, sale al exterior. No se da cuenta de que su hermana Martirio, sigilosamente, va detrás de ella, y descubre a Adela con un aspecto desordenado, el cabello revuelto y las enaguas manchadas.

Es entonces cuando Bernarda se da cuenta de la relación entre Adela y Pepe, lo que ocasiona una discusión muy fuerte. Bernarda, llena de ira, busca una escopeta y le dispara a Pepe, quien, muy ágil, desvía el disparo y se escapa. Adela sale corriendo y se encierra en el corral, creyendo que su amante fue asesinado, y se ahorca.

Después del suicidio de Adela, Bernarda se entera de que su hija estaba embarazada. Sin embargo, decide ocultar la verdad. La versión que transmite al pueblo es una donde no se habla de suicidio y afirma que su hija murió siendo pura.